En Villamarco, listos para salir.
Ya en la provincia de Zamora, donde se pueden ver las obras del futuro AVE.
Pista forestal de Vivinera (ahí sola, tirada y abandonada desde que se hizo hace varios años).
En final de la 03, ya se veía un buen ambiente.
Parking repleto de aeronaves.
Repostaje de los aviones, donde la organización daba 40 litros de gasolina gratis a cada avión.
Una vez repostados, hacia abajo a ver un poco todo (contamos alrededor de 80 aeronaves, para éste pequeño aeródromo, aunque grande con ésta organización).
Parking al lado de los hangares, donde nos encontramos con varios, que en sus orígenes pasaron por Villamarco .
Motovelero Dimona y el animal que da nombre a éste evento.
Avioneta Citabria, de acrobacia elemental.
Entrada al festival y nuestro transporte para comer muy cerca del aeródromo, pero a la sombra y frescos. Vemos que el duo gallego debía de tener más hambre, puesto que estaban los primeros .
Bonito lugar para la comida y con el calor que hacía... encima fresco.
Aquí podemos ver a D. Ángel y su hermana, posando ante su nueva adquisición.
"Patrulla Fantasma", algo descafeinada, pero al fin y al cabo, aviones volando.
Muchísima gente de los pueblos y ciudades de alrededor.
Más gente en las horas centrales del día y de más actividad aérea.
Con el Yak-52, empezó el ruido serio (aquí le vemos en pasada con la cabina abierta y sacando la bandera de Portugal, ante el delirio de la gente).
Más espectáculo y más ruido, que es lo que la gente quiere... Aquí no huele a goma quemada como en la automoción, sino a queroseno quemado, y éste nos atufó justo delante de nosotros
Fijaros bien, porque ahí van DOS aviones (los platos fuertes del Festival).
La preciosa y rápida Pitts S-2B.
Y el espeluznante Extra 300 (aquí en pasada a cuchillo delante de nosotros). Esto sí que es volar, y no lo que intentan los otros aviones... que es algo parecido).
Aquí le vemos acabando su demostración y saludando al público.
Preciosa pasada de los ocho aviones que participaron en el Festival. Cada uno de su padre y de su madre, no es tan fácil hacerles volar a todos a la misma velocidad...
El grupo de Villamarco, posando con el flamante Eaglet G5 de Juan.
Ya de vuelta a casa, nos encontramos con nubes amenazantes, que al final sólo se tradujeron en un poco de agua.
Enhorabuena a los organizadores por tan buen trabajo y a por el siguiente Red Burros FLY-In 2.013.